Poema de Aleksandar Stoicovici

traducido de Octavia Sandu

Carruseles y cilindros de rezo

para Andreea

 

Hundidos en hidrato hasta el cuello esperábamos que nos pase una cosa maravillosa

ni más ni menos

allí en medio de los lobos con los ojos en los telescopios

esperábamos que una planeta cualquiera aparezca. no teníamos deseos

comíamos  incluso las hormigas del embalaje de una Eugenia

los lobos miraban en nuestra boca con ojos insinuantes

y coordinaban sus gestos a través de una banda de transmisión

todos hablábamos la misma lengua

 

este es nuestro bosque gritábamos como locos

no es vuestro maldita seas respondía el guarda forestal de la oscuridad

mostradme una planeta. quiero ponérmela bajo el zamarrón

para calentarme. tosía sangre en un pañuelo de lana

el fósforo  nos hablaba con despacio de sus pulmones

 

pero nosotros no estábamos nacidos por esto.  a nosotros debería ocurrirnos

una cosa maravillosa. del medio del río crecía un cormorán de mármol

el agua no tenía ojos para nosotros.  nos aparecían llagas de la cabeza a los pies

estábamos forzados como se dice a renunciar a nuestro destino

 

entonces no podía saber que te conocerá

yo miraba en los telescopios y comía hormigas

para ti me hacia amigo con lobos

tenía para ti un anillo de cera cosido en mi abrigo para cualquier eventualidad

entonces no podía saber que me encontrarás

todos mis sentidos estaban hastiados como una montaña de terracota

 

como un pájaro depredador la noche había dejado sus huevos en mis ojos

el dolor estaba soportable. veía solamente carruseles y cilindros de rezo

estaba difícil entender lo que me estabas diciendo pero sabía que llegaste

te besaba y tú dormías como un cisne sobre mi mano bronceada.

 

 

 

 

Poema de Aleksandar Stoicovici

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