traducido de Octavia Sandu
Carruseles y cilindros de rezo
para Andreea
Hundidos en hidrato hasta el cuello esperábamos que nos pase una cosa maravillosa
ni más ni menos
allí en medio de los lobos con los ojos en los telescopios
esperábamos que una planeta cualquiera aparezca. no teníamos deseos
comíamos incluso las hormigas del embalaje de una Eugenia
los lobos miraban en nuestra boca con ojos insinuantes
y coordinaban sus gestos a través de una banda de transmisión
todos hablábamos la misma lengua
este es nuestro bosque gritábamos como locos
no es vuestro maldita seas respondía el guarda forestal de la oscuridad
mostradme una planeta. quiero ponérmela bajo el zamarrón
para calentarme. tosía sangre en un pañuelo de lana
el fósforo nos hablaba con despacio de sus pulmones
pero nosotros no estábamos nacidos por esto. a nosotros debería ocurrirnos
una cosa maravillosa. del medio del río crecía un cormorán de mármol
el agua no tenía ojos para nosotros. nos aparecían llagas de la cabeza a los pies
estábamos forzados como se dice a renunciar a nuestro destino
entonces no podía saber que te conocerá
yo miraba en los telescopios y comía hormigas
para ti me hacia amigo con lobos
tenía para ti un anillo de cera cosido en mi abrigo para cualquier eventualidad
entonces no podía saber que me encontrarás
todos mis sentidos estaban hastiados como una montaña de terracota
como un pájaro depredador la noche había dejado sus huevos en mis ojos
el dolor estaba soportable. veía solamente carruseles y cilindros de rezo
estaba difícil entender lo que me estabas diciendo pero sabía que llegaste
te besaba y tú dormías como un cisne sobre mi mano bronceada.
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